Re-leyendo un artículo del 2002 hago una reflexión sobre los indicadores que podemos tomar para comparar la educación presencial y la educación a distancia. Cuando se estudia de modo presencial el grupo, "lo social" empuja a avanzar. Pero sin el empuje en casa por lo menos a los más pequeños no se logra un equilibrio entre lo enseñado y lo aprendido.
Entonces, debemos plantearnos la pregunta ¿Debemos presionar al niño para que siga el ritmo del salón? o debemos permitir que aprenda a su propio ritmo y velocidad.
En un aula, virtual o presencial, la empatía que puede lograr el maestro es el principal motivador dentro del aula. Entonces automatizar el salón requiere de otros estímulos para que la educación a distancia funcione y sea efectiva.
COMPETENCIAS
- Usando el método de selección de competencias, los alumnos más exitosos en el aula son los que prefieren la lectura y que tiene capacidad de crear a partir de la misma nuevos contenidos.
- Orden y disciplina, para postergar los placeres de la vida y cumplir sus asignaciones.
- Pero en contra parte, pueden ser los menos capacitados para trabajar en equipo.
Como padres podemos caer en el error de solo medir a los niños por los resultados en notas o en puestos, es necesario ampliar la mirada y medir las competencias que estamos formados para darles las herramientas para ser autosuficientes. Elegir una escuela que se acomode a nuestro hijo, por ejemplo: que tenga actividades extracurriculares que lo motiven, espacios grandes de juegos, tenga una exigencia en ciencias que se un reto o que se laxo con las tareas en casa. Cada una de la variables que podamos evaluar nos ayuda a tomar una mejor decisión para nuestros hijos.
Referencia
Bartolomé, Antonio (2002). Universidades en la Red. ¿Universidad presencial o virtual? Crítica, LII (num. 896) pp. 34-38.
0 comentarios
Publicar un comentario